Como fotógrafa (y como persona no protocolar que soy) siempre soñé con una boda como la de Tasha y Nahuel.
Diferente no es la palabra para definir esta boda. Creo que la mejor descripción sería «en comunión con la naturaleza y con los seres que la protagonizan».
Genuina, auténtica, como ellos.
Tash y Nahu viven, aman y trabajan la montaña. Su ceremonia no podía ser en otro lugar que éste!
Cuando recibí su mensaje me dio un vuelco el corazón: una boda en el Mirador del Brazo Tristeza!! Felicidad absoluta.
Dejamos el glamour en el placard, sacamos las zapatillas de trekking y emprendimos el ascenso.
No se crean que esta novia, vestido y ramo en mano, subió por la senda convencional, no. Tomamos un hermoso atajo que requirió algunas destrezas y varios pulmones para trepar las rocas hasta llegar al punto deseado. Una vez allí, se estableció el área de vestuarios mientras los chicos de Esencia Weddings preparaban el mágico altar, los invitados iban llegando y los gaiteros alistaban sus instrumentos.
Sí, cada detalle había sido pensado con muchísimo amor y la Madre Naturaleza nos abrazaba con su viento que todo lo purifica.
«El Principito» prestó sus sabias palabras y la emotiva ceremonia dió lugar a la aventura. Listos los arneses y a hacer lo que se disfruta!
RAPEL
Sí señores, esta pareja llegó a la recepción haciendo rapel. Pero no tiene sentido seguir hablando, les dejo las imágenes para que continúen el relato, aunque recuerden: «Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos».
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