Hoy les traigo una boda de destino super íntima, en una hermosa casa a la orilla del Lago Nahuel Huapi, frente al hotel Llao Llao, en Bariloche.
La Patagonia Argentina enamora, eso es indiscutible. Pero que esta pareja haya viajado 8.000 kilómetros con su familia y amigos para celebrar un matrimonio tan hermoso, habla de lo maravilloso que es este lugar que me vio nacer.
Jime y Sergio son adorables, de verdad no hay otra palabra que los describa mejor, los querés abrazar desde el primer minuto y al final de la noche sentí que eramos amigos de toda la vida!
Cuando me escribieron contándome desde donde venían se me alegró el corazón. Las bodas pequeñas son mis favoritas! Porque uno pasa a ser parte de la familia y todas las emociones se viven más intensamente.
Y cuando llegué al lugar me quedé sin palabras! Bariloche es un sitio que te quita el aliento siempre, aunque hayas estado en ese punto viendo el mismo paisaje una y mil veces.
Sumarle a esto la belleza y el amor de esta pareja ya era demasiado ❤
Fue una tarde de noviembre atípica (o no tanto). El sol brillaba de a ratos pero la temperatura era extremadamente baja, y cuando hace frío… no hay glamour que aguante!
Por eso esta fiesta de camperas y chancletas se robó mi corazón. Cuando la diversión, el amor y la alegría está primero que todo, no hay frío que lo detenga!
Adíos a los vestidos y los tacos altos, bienvenidas las frazadas y las medias de lana, esta boda es una fiesta y no se discute más.
Gracias infinitas Jime y Sergio, por elegirme a la distancia y abrirme sus corazones, por hacerme sentir parte de su familia, por permitirme acompañarlos en un momento tan especial! Los abrazo fuerte desde este frío sur y espero visitarlos pronto para meter las patitas en el mar.
Les deseo risas infinitas, muchas aventuras en moto, muchos libros en la cama y litros de tekila para celebrar la vida!